viernes, 26 de marzo de 2010



Nuestro ambiente le da un énfasis exagerado a la belleza del cuerpo, peligro que puede alejarnos del diseño de Dios. Pero, ¿significa esto que la belleza física es mala? En ninguna manera. Sólo necesitamos enfrentar el problema con un balance en nuestras prioridades.

Cómo lidiar con el problema postmoderno de la estética

Un día escuché la historia de un hombre que poseía un Gran Danés. Este Gran Danés era un perro exageradamente grande y feroz, la clase de perro que no quieres muy cerca de ti. Un día, mientras el hombre paseaba a su perro por la calle, vio a otro hombre del otro lado de la calle que también paseaba a su perro –un perro enano, con piernas cortas, sin cola ni pelo. Era un perro muy feo, y francamente se veía enfermo.

De repente, el Gran Danés vio al pequeño perro feo del otro lado de la calle y decidió que odiaba a ese perro. Se soltó de la cadena de su dueño y corrió brutalmente al otro lado para atacar. El dueño del Gran Danés sólo pudo gritarle al otro hombre “¡Cuidado! ¡Mi perro está suelto y es capaz de matarlo, a usted y a ese perro que trae! ¡Es mejor que corra!”

Pero el pequeño perro feo se volteó, mostró los dientes y cuando el Gran Danés lo atacó, el pequeño perro procedió a morder al Gran Danés en la pierna, y comenzó a comérselo. Le mordió y comió las piernas, la garganta, la cabeza, y siguió devorando todo el cuerpo, la cola; escupió los huesos, y ese fue el final del Gran Danés, así de rápido.

Bueno, el dueño del Gran Danés estaba absolutamente asombrado por lo que acababa de presenciar. “Hombre, ¿qué clase de perro es ese? ¡Nunca en mi vida he visto que un perro tan pequeño como ese pudiera hacer algo así!”

“¿Perro? ¿Perro?”, dijo el otro hombre. “¡Antes de que un camión le atropellara la nariz y un tren le cortara la cola, este solía ser un lagarto!”

Y bien, es cierto que las apariencias muchas veces pueden decepcionar, ¿verdad? Aquel hombre y su Gran Danés vieron un perro feo por fuera, pero no se dieron cuenta que era un lagarto por dentro. Nosotros también, casi siempre solemos juzgar a las personas por la forma en que se ven, y perdemos de vista lo que se encuentra en su interior, el verdadero valor. Especialmente, la sociedad que nos rodea nos grita constantemente que nuestra identidad se encuentra en nuestra belleza física. La cultura postmoderna dice sin cesar “¡Tu belleza está en tu cuerpo!” No tenemos que ir muy lejos, ni ser tan minuciosos para darnos cuenta que por todas partes -revistas, publicidad, música, televisión- se hace un excesivo énfasis a la estética.

Vivimos en un mundo no bíblico. Y tenemos un llamado a no tomar su forma de pensar (Romanos 12:2). Por consiguiente, es indispensable que analicemos el asunto del cuerpo y la belleza a la luz de la “antorcha que alumbra en lugar oscuro” (ver II Pedro 1:19) para encontrar una guía confiable, de parte de Dios. Te invito, pues, a estudiar los siguientes pasajes y a que, por medio de las preguntas que los acompañan, puedas saber quién dice Dios que es hermoso.

1.Según I Samuel 9:2, ¿cómo era la apariencia de Saúl?

2.Sin embargo, Dios había rechazado a al rey Saúl (I Samuel 15:11,19), no por su parecer, sino por su desobediencia.

3.Cuando Samuel va a ungir al nuevo rey, ¿por qué cosa casi se deja llevar el profeta? (I Samuel 16:6-7)

4.Pero, como sabemos, el escogido era David. Nota cómo era su apariencia (I Samuel 16:12).

5.Si te das cuenta, aunque los tres personajes mencionados (Saúl, Eliab, David) eran hermosos, ¿qué era lo más hermoso para Dios? ¿Qué es más importante para ti?

6.Mira ahora I Pedro 3:3-5. Aunque aquí el mensaje está dirigido específicamente a las esposas, podemos aprender que hay algo de mucho valor delante de Dios. ¿Qué es? Cuando alguien te aprecie por tu apariencia, piensa que no te estima como Dios lo haría.

7.Fíjate que el pasaje no está eliminando el arreglo físico, nada más pone antes que éste, el adorno del corazón. Esta belleza se reflejará en la conducta. Ahora piensa, ¿tu conducta es hermosa delante de Dios? Esto dependerá del buen cuidado de tu corazón.

8.Por último, ve a I Corintios 6. Si pones atención, notarás que de los versículos 12 al 20, hay un tema muy importante; el cuerpo. ¿Cuántas veces se hace referencia al cuerpo?

9.Observa cuán importante eres para Dios (y esto incluye tu cuerpo), porque él pagó el precio necesario para comprarte (v.20). También dice la Biblia que él guardará tu cuerpo (I Tesalonicenses 5:23) y lo transformará (I Corintios 15:50-53).

10.También piensa que el Espíritu Santo habita en ti. Tu cuerpo es un lugar donde Dios mora de modo especial (v.19).

11.Nuestro cuerpo es de Dios y para Dios. Por consiguiente, éste debe rendir culto de adoración y sacrificio a Dios (v.20; lee y memoriza Romanos 12:1).

12.Nunca nuestro cuerpo debe participar de la inmoralidad sexual (v.18; I Tesalonicenses 4:3-8). ¿Cómo te estás cuidando de contaminación sexual? ¿Guardas tus ojos, tus manos, tu boca, tus miembros para la bendición del matrimonio?


Es importante mantener nuestro cuerpo con buena salud, en servicio a Dios y en sana relación con los demás. Debes cuidarlo para darle el lugar y la función que Dios espera y exige. Por supuesto que el cuerpo es importante, pero nunca será más importante que tu relación en obediencia a Dios.

Como jóvenes y señoritas que anhelamos agradar a nuestro Señor en todo, debemos mantenernos atentos para no caer en las contradicciones que el mundo nos presenta. Peligros como la bulimia y la anorexia (dejar de comer o vomitar los alimentos para no engordar), el orgullo (creer que soy más que los demás por mi buena apariencia), la inconformidad (quejarme delante de Dios por mi cuerpo) o la sensualidad (manipular la relación que tengo con personas del sexo opuesto con base en mis cualidades físicas) son algunos enemigos que las personas hermosas procuran vencer.

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